sábado, 24 de julio de 2010

Un verdadero Beso


La importancia de un Beso

Muchas veces un beso simplemente significa juntar los labios con otra persona y sin mezclar ningún tipo de sentimientos, pero cuando un beso tiene un verdadero significado se vuelve mágico y es capaz de alegrarnos la vida, haciendo que todo sea maravilloso que todo lo que está a nuestro alrededor sea bueno y nada nos resulte negativo. Un verdadero beso puede dibujar una inmensa sonrisa en el rostro de la persona que lo recibe y que lo da, esa sonrisa que ilumina el momento y que queda grabado eternamente en nuestras mentes.

Un beso está rodeado de una atmósfera muy especial, no solo es sentir los labios de aquella persona especial, es sentir su alegría, es ver su bella sonrisa, es sentir esa confianza que se necesita para un verdadero beso, y es valorarlo sin arrepentirse.

Siempre hay un motivo para brindar un beso, siempre hay un porque y aunque a veces digamos que no sabemos porque se dio en el fondo si lo tenemos bastante claro. Un beso nunca puede ser de casualidad, y aunque tratemos de ocultar el verdadero motivo siempre lo vamos a sentir. Un beso encierra sentimientos de por medio, y aunque pueden suceder gracias al momento, como dejarnos llevar por la proximidad de los rostros, sabemos que ese momento lo ocasionamos nosotros mismo, y que siempre es pensando en ese desenlace, y aunque no lo demostremos, el motivo es ese. Es decir que las casualidades en un verdadero beso no existen, y la situación para que esto suceda nosotros lo ocasionamos concientemente. Así que si dicen que no sabemos porque se dio es una completa mentira, siempre lo sabemos solo que en ocasiones no queremos aceptarlo.

Lo maravilloso de un beso es cuando se da en un momento que esperabas que sucediera pero no estabas seguro que se realice, es ahí donde se conjuga un sentimiento de sorpresa y emoción.

Los besos producto de un error pueden muchas veces ser cuando existe un pequeño momento de cercanía muchas veces provocado, pero cuando es simplemente por unos instantes que nos dejamos llevar, y aunque se diga que es un error, este beso también es algo que lo hacemos concientemente, no al cien por ciento pero si lo pensamos.

Pero no podemos llamar un error y una equivocación a un beso que se dio dentro de una situación diferente, que es la finalización exitosa de momentos de alegría, de sonrisas, de abrazos, de juegos inocentes, de pequeñas caricias y de tímidos acercamientos. No lo podemos llamar error porque es algo que buscamos y no algo que se dio en solo unos minutos, es algo que fue consecuente de actos de mucho tiempo y que fue pensando sinceramente. Si fuese algo que no queríamos que pasase, el contexto hubiese sido diferente, a los primeros acercamientos la separación hubiese sido de inmediata, o a aquellos momentos anteriores al beso hubiesen sido rechazados o simplemente no lo ocasionaríamos. Pero cuando no impedimos nada desde un principio es porque hay un motivo que en el fondo nos mueve a que suceda esto, y es ese motivo el que realmente cuenta, pues es lo que nos sale del interior, fruto de un pensamiento que tenemos y que aunque lo neguemos esta presente. Es por ello que no podemos llamar un error a aquel beso, error es rechazar la idea que nos motivo a eso, pues ese motivo es algo que realmente sentimos y que tiene que volverse lo principal y que tenemos que saber reconocerlo para no volver a decir que fue un error, sino afirmar que fue algo que queríamos que suceda.

Nunca neguemos un beso, y si no sucede en la situación que deseamos, pero a las finales sucede es por algo y es motivo para pensar y tomar desiciones, pues todo verdadero beso se da por algún motivo, nunca sucede de casualidad.

Piénsalo bien, el beso que nos dimos no fue un error, fue algo que en el fondo quisimos que sucediera y aunque insistas que no sabes porque sucedió, sé que si lo tienes claro solo que no se te es fácil aceptarlo. No tengas miedo de hacer lo que realmente sientes, te puedo asegurar que no te vas a equivocar.


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