Mis costumbres y principios siempre fueron algo diferentes a la mayoría de personas que conozco, y eso siempre me agrado, no me sentí nunca excluido pues de una u otra forma siempre pude integrarme a todos los grupos y conocer amigos de todo tipo de pensamientos.
Durante todo mi vida quise ser un ejemplo a seguir, en ocasiones me equivocaba pero era algo que me gustaba hacer y no cumplir lo "correcto" porque lo fuera sino porque me sentía bien así. Una de esas costumbres que me diferenciaban de muchos era el hecho que no bebía alcohol como casi todos mis compañeros y amigos, no lo hacia no porque mi madre me lo prohibía sino porque simplemente no encontraba sentido a beber y por el contrario no me gustaba hacerlo, prefería ser siempre aquel chico sano que pedía gaseosa o agua en vez de cerveza y eso nunca fue un impedimento para divertirme como muchos piensan que podría ser. Nunca me vi en alguna reunión familiar tomando, pues mi familia tenía un concepto de la gente joven que bebía alcohol que no discutía pero tampoco apoyaba, simplemente todo mi mundo se acostumbró a vivir así.
Nunca para mi fue una preocupación eso, pues nunca se presentaron casos que por ello me hiciera sentir mal. En mi familia el unico que tomaba era mi padre, y bueno por ello ya se habia ganado varios problemas con mi madre, pero eso tambien se me hizo costumbre por que no era yo, sino era él, que aunque era mi padre no simbolizaba para mi una preocupación, para mi madre quizas si pero para mi no, asi que tampoco le tomaba importancia que él fuera así o no.
Las personas con quien salía tambien bebian y eso no era problema para mi porque tampoco significaban nada vital en mi vida y eran simplemente "amigos". Nunca me pretendí guardar distancias de esas personas pero si evite que familiares me vean con ese tipo de gente porque como dije opinaban diferente. Lo que si veía con desagrado era que el alcohol se volviera vital para cualquier salida o reunión, y no poder hacer otras cosas que no fuera eso, por ello en ocasiones preferia no salir con ellos, pues su rutina sería la misma, "juntarse, conversar y tomar", asi que mejor salia con otro grupo de amigos ha hacer otras cosas mas interesantes y no tan aburrido e inútil. Algo que si compartía con el pensamiento de mi familia era que el ver a una chica tomando, se veía totalmente desagradable porque sucedían tantas cosas y la imagen que transmitía para mi no era nada buena, eso sin contar con los miles de comentarios que la gente hacia y sobre todo los hombres, pues siempre era oyente en los grupos con quien me juntaba, eso genero que durante toda mi vida detestara que alguien cercano a mi sea de esa forma, era algo deseaba nunca sucediera. Me sentía orgulloso y admiraba a aquellas chicas que eran totalmente diferente a las comunes que existían por mi distrito (las que salían a la discoteca, las que se iban a tomar, fumaban, y estaban siempre en boca de todos), era placentero encontrarme con gente así pues era algo que valoraba mucho y que era muy respetable.
Por ello durante todo el tiempo que estuve con alguien compartí ese pensamiento con esa persona y nunca existió un problema por ello pues era una de las chicas de quien si me podría sentir orgulloso en ese tema, y sentir que no era la chica común a todas. No tenía mayor preocupación por eso pues sabia que su forma de pensar y actuar en esos temas eran igual a mis pensamientos. Mi familia pudo criticarla de muchas cosas pero siempre sabían que era una chica "sana" y eso era respetable. Cuando estuve con otra persona tampoco tuve problemas por ello pues también era de esas personas que criticaba a quienes bebian alcohol, casi por las mismas razones que yo. Es así que podía estar seguro y tranquilo que la persona con quien estaba nunca iba a estar en las situaciones que detestaba ni mucho menos que iba a estar en boca de la gente y menos aún ser criticada en mi familia por eso.
Cuando comencé a conocer nueva gente y a salir reconozco que no fui firme en mi decisión de no tomar, más que todo porque no era la gente que ya me conocía y sabia como era, y para no dar una explicación aceptaba, obviamente nunca me gustó tomar y hasta ahora no me gusta, sigo pensando exactamente igual como hace tiempo atrás, pero si lamento haber tenido menos fuerza de voluntad para decir no, pues ahora es mas difícil porque la gente con quien me junto lo único que sabe hacer es tomar cuando se reúnen, pero eso ya me está aburriendo y deseo tener la misma fuerza de decir no, y no tener que tomarme un vaso de cerveza casi por obligación.
Cuando terminé mi ultima relación me desligue de ese mundo que había creado y salia nuevamente al mundo real a interactuar con gente y "amigos" nuevos.
Es ahí donde le reste importancia a todo esto, y omití ello en una decisión importante que tuve, pero mis pensamientos siguen iguales y cada instante recuerdo ello generando un malestar que temo siga y nunca llegue a cambiar como una vez pensé que pasaría. Esto genera que existan ocasiones donde quisiera prohibir y evitar que sucediera, pero lamentablemente no debe ser así, pues sé que evitando que suceda no se soluciona el problema y siempre va hacer el mismo.
Todo lo demás si puede ser perfecto... todo porque NO TOME ALGO EN CUENTA AL MOMENTO DE ENAMORARME...